segunda-feira, 18 de março de 2013

Al su arededor, Caballos!


Por mis retinas
Pasan de todo
Niñas
Niños
Chicas
Chicos
Muchachos
Mujeres
Hombres
Viejas
Viejos
Etecétera
Y lo peor
Muy cerca a mi.
A veces, quedome a pensar
Que desean tocarme
Olerme
O algo semejante.
Miro medio sin jecto
Pero solo los veo mucho serios
Com unas faces duras
Creo que están todos delusionados
O alguna cosa así
Y luego me dan las espaldas
Recuerdo entonces mis ancestros
Que siempre decianme:
‘Los hombres son todos unos tolos
No saben ni ver lo que miran’
Pienso de la misma forma.
Aún más
Creo que no pasan de unas marionetas
A mercê de las futilidades.
Quiero, todavia, dárselos um aconsellamiento
(Si, sé que ellos no son buenos
Pues, si fuisen, no serian gratuítos)
Mismo así, escucha:
En nuestra vida solo existe una gran certeza:
‘A qualquer horita viajaremos
Para la ciudad de pies juntos
Y que en nuestras tumbas
No hay gavetones’.
Nadie podrá llevar algo en ese viaje
Entonces,
iQue vivamos el presente
Sin grandes apegos
Ni pretensiones!

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